Summer of Soul

La joya del día la debemos a Ahmir "Questlove" Thompson y su película Summer of Soul (...or, when the revolution could not be televised.) Un documental de casi dos horas que vuelve a abordar el legendario Festival Cultural de Harlem que tuvo lugar en el Mt. Morris Park en Nueva York durante el verano del 1969. Ese mismo verano, a unos 160 km, fue sin embargo el festival de Woodstock quien marcó la historia. Una injusticia corregida por Questlove gracias a rushes olvidados durante más de cincuenta años en el fondo de un sótano. Y es que por suerte el festival se grabó para el canal de televisión CBS bien que nunca se llego a emitir. La calidad de las imágenes es increíble. Más de 300.000 personas asistirán a esa serie de conciertos gratuitos organizados con el impulso del productor Tony Lawrence; una verdadera oda a la cultura y música afroamericana, pero también un medio para promover el orgullo y la unidad del pueblo negro.

El reto fue inmenso cuando se destaca las cabezas de cartel presentes. De Stevie Wonder a B.B. King, de David Ruffin a Gladys Knight pasando por Nina Simone, fue la crème de la crème la que apareció frente a esa entusiasta multitud. No obstante, Estados Unidos en la década de los 60 vive unos años turbios. Los asesinatos políticos se suceden el uno al otro, primero con el del presidente John Fitzgerald Kennedy el 22 de noviembre de 1963, luego será el turno de Malcom X en febrero de 1965, de Martin Luther King en abril de 1968 y poco seguido de Bobby Kennedy en junio de 1968. Estamos de lleno en la guerra de Vietnam que levanta cada vez más oposición, cuando el movimiento por los Derechos Civiles se va desarrollando con más fuerza. Por lo tanto, son los Black Panthers quienes supervisan más o menos la seguridad, pero la multitud se desborda de todas partes. Incluso se pueden ver algunos niños subidos a los árboles, la vista siendo ahí sin duda impresionante, mientras se balancean al ritmo de las diversas canciones. Desde el rock, el jazz, el gospel o el blues, se honran todos los sonidos de la cultura negra. La música está ahí para dar esperanza, tiene el don de poder despertar las almas y unir a las personas.

Momentos conmovedores también jalonan la película, como cuando el reverendo Jessee Jackson recuerda la muerte de Martin Luther King y que Sister Mahalia Jackson junto a Mavis Staples entonan entonces con sus poderosas voces su canción favorita, Precious Lord. Nina Simone tampoco dejará indiferente a nadie con su impactante To be young, Gifted & Black que sigue al maravilloso Backlash Blues. En definitiva, un condensado de talentos, un evento excepcional al que a todos nos hubiera gustado asistir, un símbolo político y un trozo de historia contemporánea que resurge milagrosamente para recordarnos, si bien era necesario, que “¡Black is Beautiful!”. ¡A ver absolutamente!